
Es propio de un gobernante administrar de forma eficaz, diferente es administrar un estado como si fuera una empresa.
Las personas tiene desde distintos puntos de vista, características inmanentes que las diferencian de la las cosas:
Desde la metafísica: en su calidad de hijo de Dios el hombre posee una particularidad superior a los demás seres. El hombre posee la capacidad de nombrar y crear en base a intelecto y sentir. El hombre nombra a la cosa convirtiéndose en amo de su transformación. Walter Benjamín piensa que la esencia misma del hombre es el significar.
Desde el derecho: la legitimidad le otorga al hombre derechos inherentes a su calidad de vida o nivel socioeconómico dándole un sustrato de origen primigenio que es la vida misma.
Desde la naturaleza: en su socialización el hombre se reconoce igual en genero pero diferente en materia estetita a los seres que lo rodean.
Y… ¿desde los números?
Una empresa funciona en pos de un bienestar económico que permite su pervivencia y su material abstracto es el número.
Para Pitágoras lo esencial era el número, pero… ¿el hombre es número? No, el hombre es hombre sin el número, el número no es número sin el hombre. Es ante todo contingente de la necesidad.
La diferencia de sustrato entre la empresa y el estado es el fin que persigue, la del estado debería ser felicidad del pueblo.
Eros, se encuentra olvidado en Tucumán, no halla pórtico alguno para adentrarse en la selva salvaje compuesta por números. Un mundo extraño el cual es gobernado por un tal José Jorge Alperovich: marxiano, posteriormente radicalmente cívico y devenido en Nerón-ista. Este ser posee una abultada billetera y una conmiseración con el -su- pueblo muy menor a sus recursos.
Las personas tiene desde distintos puntos de vista, características inmanentes que las diferencian de la las cosas:
Desde la metafísica: en su calidad de hijo de Dios el hombre posee una particularidad superior a los demás seres. El hombre posee la capacidad de nombrar y crear en base a intelecto y sentir. El hombre nombra a la cosa convirtiéndose en amo de su transformación. Walter Benjamín piensa que la esencia misma del hombre es el significar.
Desde el derecho: la legitimidad le otorga al hombre derechos inherentes a su calidad de vida o nivel socioeconómico dándole un sustrato de origen primigenio que es la vida misma.
Desde la naturaleza: en su socialización el hombre se reconoce igual en genero pero diferente en materia estetita a los seres que lo rodean.
Y… ¿desde los números?
Una empresa funciona en pos de un bienestar económico que permite su pervivencia y su material abstracto es el número.
Para Pitágoras lo esencial era el número, pero… ¿el hombre es número? No, el hombre es hombre sin el número, el número no es número sin el hombre. Es ante todo contingente de la necesidad.
La diferencia de sustrato entre la empresa y el estado es el fin que persigue, la del estado debería ser felicidad del pueblo.
Eros, se encuentra olvidado en Tucumán, no halla pórtico alguno para adentrarse en la selva salvaje compuesta por números. Un mundo extraño el cual es gobernado por un tal José Jorge Alperovich: marxiano, posteriormente radicalmente cívico y devenido en Nerón-ista. Este ser posee una abultada billetera y una conmiseración con el -su- pueblo muy menor a sus recursos.