martes, 9 de octubre de 2007

El desinterés ciudadano



A 20 días de las elecciones nacionales la fragancia es de indiferencia. Las causas:
a_ A los ciudadanos les importa poco.
b_ Los ciudadanos ven un resultado asegurado como prejuicio.
c_ Los ciudadanos son ignorantes.
d_ Los ciudadanos esperan al 28 para entregarse a su mejor postor económico.
e_ Los ciudadanos piensan que su futuro no está en sus manos.
f_ Los ciudadanos no se sienten representados.

a_ A un conjunto de la sociedad la política siempre les ha resultado lejana, una estrella inaccesible a la cual apenas si ven, y a la cual nunca piensan aproximarse.
b_ Una mirada leve al futuro muestra una nueva victoria del oficialismo en Tucumán, los ciudadanos ven en parte a la próxima elección como algo previsible… un deja vu.
c_ Expresar que todos los ciudadanos tucumanos son ignorantes seria incurrir en una falacia lógica o sofisma, más propiamente en la llamada falacia de la “falsa generalización”. Los medievales la llamaban “pars pro toto”, tomar la parte como si fuera el todo. Aun así, la parte existe. Un número indefinido de ciudadanos carecen de conocimientos sobre el porvenir político. Incluso la actualidad les parece distante, no es nada sencillo encontrar a personas que -por lo menos- tengan idea de la presentación de cinco candidatos.
d_ c y d son concomitantes en parte, la ignorancia es funcional al clientelismo político, pero, no solo los ignorantes se comportan como un numero accesible a la compra de su voluntad. Hay personas que tienen un total acceso a la información que resuelven en pos de su individualismo monetario.
e_ Un grupo de la sociedad infiere que la solución a sus problemas no está en manos de sus hipotéticos representantes.
f_ La legitimidad se adquiere mediante caracteres representativos e imitativos, es decir, vemos o deberíamos ver en un delegado a nosotros mismo como posibilidad, aquel hombre que haría lo que nosotros querríamos hacer en un espacio de poder. Pero las vertientes que se presentan en la realidad son en gran numero, interesados por cuestiones económicas u hombres éticos-que los hay- que no saben traslucir un mensaje claro a la sociedad. Ante la ausencia de representativitas el peligro es la elección del “malo conocido”.