domingo, 18 de noviembre de 2007

La democracia delegativa Argentina


Para Guillermo O´Donnell la democracia no es solo un procedimiento político, es más bien, un modo de lazo entre la sociedad y el estado. Estos dos grados no son independientes y la interacción es dinámica. Para que exista este vinculo, el poder debe ajustarse al estado de derecho. Allí donde no hay derechos igualitarios se carece de derechos civiles, donde estos no existen, pero hay derechos políticos. El politólogo llamará a este tipo de ciudadanía con el adjetivo de “baja intensidad”.
O´Donnell diferencia las instituciones en dos. Las instituciones formales poseen una dinámica de acceso universal, dentro de ellas se encuentran: el congreso, los partidos políticos, los sindicatos, escuela, etc. Cuando estás son débiles, aparece en escena un tipo de institución llamada informal, igualmente legitimadas culturalmente surgirán ante la ineficacia del estado para cumplir demandas sociales, sin embargo el acceso es limitado, en ellas se hallan instauraciones como el caudillismo, el clientelismo, etc.
En devenir, O´Donnell contrasta la democracia representativa con la delegativa:
Democracia representativa: se asienta en instituciones formales. Hay un estado de derecho. Hay respeto por la republica. La “accountability”(rendicion de cuentas) conforma la dimensión republicana, tanto horizontalmente-con los parlamentarios- como verticalmente-con los ciudadanos-.
Democracia delegativa: se basa en instituciones informales -particularmente la Argentina-. No es una forma menor de la democracia, sino que corre por caminos heterogéneos. Es más bien, otro tipo de poder. Culturalmente aceptado y legítimamente aporbado, aunque sea en un cómplice silencio mayoritario.
Es una democracia que delega absolutamente todo en el poder ejecutivo.es una formade gobierno paternalista. Hay un debilitamiento de los representantes, el congreso pasa a ser funcional o un obstáculo por derribar. El lenguaje deliberativo es inexistente o por lo menos… silente. La accountability vertical existe tanto en las democracias representativas como en las delegativas, pero la accountability horizontal es débil o inexistente en las democracias delegativas. A decir del autor:”la DD tiene la aparente ventaja de de facilitar un proceso decisorio rápido, aunque el costo de aumentar las probabilidades de que se cometan errores groseros, multiplicar las incertidumbres que rodean la implementación de las decisiones y concentrar en el presidente la responsabilidad por los resultados” Es el presidente el que carga con todo el peso de las decisiones que afectaran a la nación.
Se espera de los ciudadanos una actitud pasiva e indiscutiblemente conformista, en sí, para que este tipo de instituciones informales sean asentidas inquiere una crisis cultural general. La única plebiscitación y participación democrática puramente estricta es en la expresión del voto, fuera de ella, nada. Toda crítica es mal vista ya que el presidente es una isla aislada en cuanto a las decisiones fundamentales. Particular de este tipo de democracia es la ambigüedad que rodea a la figura presidencial, dice O´Donnell:”un día se los aclama como salvadores providenciales y el siguiente se los execra como dioses caídos”
¿Será verdad el refrán: “Voz del pueblo, voz del cielo”? ¿O más bien será como dijo el político español Julio Anguita: “No hay democracia sin determinación”? La determinación, por supuesto, transita por cuenta de los ciudadanos.

lunes, 5 de noviembre de 2007

Un domingo…


La derrota tiene algo positivo, nunca es definitiva. En cambio la victoria tiene algo negativo, jamás es definitiva.
José Saramago

Cristina Fernández de kirchner es la nueva presidenta. Nueva en cuanto imagen pero prometedora de continuidad. Si bien centros urbanos notorios le dieron la espalda a la primera mujer electa de nuestra historia, se hizo fuerte en lugares que prometían una otrora invisible dificultad, tales son los casos de Entre Ríos-Gualeguaychu en particular- y su tierra natal: Santa Cruz, en la cual un ignoto Daniel Peralta fue “reelegido” con facilidad, si bien es cierto que en aquellos vientos la ley de lemas es una bofetada a la republica.

En Tucumán

El “vamos por todos” habitual en la primera dama provincial tuvo su primer antónimo político. Una victoria que a simple vista es abrumadora con 4 diputados electos puede ser horizonte empírico de una derrota. Seguramente algo falló en el oficialismo, días antes de la elección nacional, Susana Díaz renunció a su cargo legislativo, muestra de confianza equivoca, ya que la presunción oficialista era que si no ingresaba Silvia Rotjes de Tenkin, la actual diputada reelecta renunciaría a su cargo para darle lugar a la cuñada del gobernador. La realidad se convirtió en pared para la omnipotencia y la victoria trasmutó en fracaso.
La derrota era hipotéticamente total. La variable para la oposición era conceptualizada como inferioridad integral, pero los votos sorpresivos allanaron el camino hacia el milagro.
La Concertación UNA (Una Nación Avanzada) es una integración multipartidista formada por la UCR, única fuerza con participación parlamentaria de la alianza (José Cano); y por cinco partidos de diferentes extracciones ideológicas: el MID (intervenido), Ciudadanos Independientes (Rubén López), el MP3 (Alejandro Sangenis), Pueblo Unido (Gumersindo Parajón) y Cruzada Peronista (Enrique Romero). José Ignacio García Hamilton no estuvo todos los días en Tucumán. No tuvieron un fiscal sentado en cada mesa por escrutar, empero sus boletas desparecieron en una cantidad cósmica de cuartos. Su movilización fue inexistente. Además, Roberto Lavagna paseo suelo tucumano durante apenas tres horas.
Las derrotas victoriosas penden del hilo del contexto en el cual se vislumbran los hechos. Dos meses antes, provincialmente el oficialismo gubernamental había obtenido más de 540.000. La ausencia de bolsones dejo al Frente para la Victoria como Adán y Eva fuera del paraíso. El poder económico resultó no tener la potencia de otras veces. La confianza de la mayoría oficialista y el desinterés de aquellos no se jugaban un puesto hizo mella en su tarea apática.

Tres lecturas para la oposición

1- Las fuerzas opositoras ente el desastre de la elección provincial decidieron enlazarse anteponiendo la realidad a los intereses personales.
2- García Hamilton es un hombre de la cultura, alejado hace tiempo de las posibilidades políticas. Una imagen nueva que no esta profanada por el pasado administrativo.
3- Los benefició el estar adheridos a Roberto Lavagna, un candidato más conocido en Tucumán que Elisa Carrio y que presupone ejecución probada.