
“Ser independiente es cosa de una pequeña minoría, es el privilegio de los fuertes” Friedrich Nietzsche
El federalismo fiscal en su negación es una muestra práctica del sometimiento económico en el cual viven las provincias.
La independencia provincial es una ficción al mejor estilo Borgiano, una fantasía.
El devenir natural de esta injusticia es la esclavitud manifiesta; y toda esclavitud, además de ser proterva, cuando es consentida, es pueril.
El centro nacional es la casa rosada y toda decisión recae en sus fuerzas omnipoderosas. El hecho que así sea plantea un camino lineal hacia la nada. Un gobernante que quiera regir sin imprevistos de orden turbulentos debe saber administrar con una tenaz autoridad e inteligencia o hacer como José Jorge Alperovich: perseguir donde vaya Cristina Fernández de Kirchner… una faena de por si vulgar, una tarea que no debería ser tarea.
La cooparcipación record que acaece en nuestros lares se debe a un utilitarismo determinista de los dioses cimarrones del panteón rosado con miras a las elecciones de octubre. Ellos esperan de Tucumán símil -o superior- cantidad de votos a los recibidos en 2005.
Hoy la bondad pragmática le sonríe a nuestro gobernador, pero nada es para siempre.
El federalismo fiscal en su negación es una muestra práctica del sometimiento económico en el cual viven las provincias.
La independencia provincial es una ficción al mejor estilo Borgiano, una fantasía.
El devenir natural de esta injusticia es la esclavitud manifiesta; y toda esclavitud, además de ser proterva, cuando es consentida, es pueril.
El centro nacional es la casa rosada y toda decisión recae en sus fuerzas omnipoderosas. El hecho que así sea plantea un camino lineal hacia la nada. Un gobernante que quiera regir sin imprevistos de orden turbulentos debe saber administrar con una tenaz autoridad e inteligencia o hacer como José Jorge Alperovich: perseguir donde vaya Cristina Fernández de Kirchner… una faena de por si vulgar, una tarea que no debería ser tarea.
La cooparcipación record que acaece en nuestros lares se debe a un utilitarismo determinista de los dioses cimarrones del panteón rosado con miras a las elecciones de octubre. Ellos esperan de Tucumán símil -o superior- cantidad de votos a los recibidos en 2005.
Hoy la bondad pragmática le sonríe a nuestro gobernador, pero nada es para siempre.