sábado, 21 de julio de 2007

ALEGORIA DE LA VERDAD

Saramago:"Creo que no nos quedamos ciegos, creo que estamos ciegos, Ciegos que ven, Ciegos que, viendo, no ven"

El olvido es rutina en Tucumán. El automatismo sin conciencia es la pulsión más eficiente para aquellos hombres encargados de hilar el sendero por el cual debe caminar el ciudadano.
No es el olvido de la mala memoria, es el olvido del no hacer, en devenir, un simple recuerdo de la nada.

Un señor de Extranja

Por iniciativa de un señor australiano llamado Warwick Legget, un grupo de vecinos y el, todos asiduos a la plaza Alberdi, se decidieron por restituir al lugar, la limpieza aparentemente olvidada.
Vio que era el lugar más sucio que había pisado y se dispuso a hacer. Tomó la responsabilidad en si, del ciudadano y el gobernante
Además, habrá que reconocer que –a su manera- uno de los pocos hombres recordó a Alberdi (uno de los 3 presidentes que proveyó nuestra provincia) fue un foráneo.

El jardín de la republica

Un 20 de Julio el intendente Domingo Amaya se puso más colorado, gracias a la vergüenza.
Lo verde quedo en la memoria de unos cuantos y, por ende, en la oscuridad del pasado.
A muchos les habrá dado vergüenza que un iluminado le devuelva a un espacio el verde olvidado. Héctor Villagra, el titular de espacios verdes, naturalmente no vio, quizás, ahora que alguien destejó el velo de la apariencia y enseñó el camino que apenas se notaba por la suciedad, recuerde o comience a trabajar.

Los ciegos suelen reparar en los efectos de cualquier problema, cuando en realidad la raíz de la vergüenza, de la tristeza, del error, está en la causa, que no es otra que el agrietamiento cultural.

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