domingo, 23 de marzo de 2008

El ejercicio del poder

Apariencia y realidad

Abel Posse: “Una democracia sin estado es como una democracia muda, impotente, parapléjica”

Uno de los rasgos más primigenios a lo largo de la historia de la ejecución del poder, ha sido el autoritarismo en sus diversas formas. Tiranía, dictadura, autocracia y despotismo, eran y son, las formas facticas de acceso y ejercicio del poder concebidas en la fuerza. La tiranía que es la forma corrompida de la monarquía, la dictadura que es la jefatura suprema que no está sujeta a leyes, el despotismo que es la dominación ejecutada sobre los esclavos y la autocracia que es el mando total sujeto a la voluntad de un solo hombre. Todas, están bajo el denominador común que es el gobierno de uno solo sin límites, restricciones y rendición de cuentas. El totalitarismo del S.XX y principios del XXI dilató las perspectivas pasadas subyugándolas a un tipo de democracia particular, de tipo delegativa, legitimada por los ciudadanos. Es una tipo de gobierno que encomienda absolutamente todo en el poder ejecutivo, es una forma de administración paternalista y unipersonal, pero aceptada con el voto de los ciudadanos que después de elegir al mandante se desentienden de la actividad pública.

En nuestro país, hombres como Irigoyen y Perón, considerados el eje de la causa nacional, el paradigma de los intereses del pueblo, el mesias. No permitían controles u oposiciones, además al ser tan mayoritarios carecían de rendición de cuentas al congreso ya que lo poseían en su conjunto. El supuesto de este tipo de democracia es que al presidente lo votó la mayoría, y que por ello tiene la posibilidad e incluso el deber de gobernar como lo pretenda, sin obstáculos, por el supuesto bien de todos.

En la actualidad, a nivel nacional, la presidente Cristina Fernández de Kirchner y anteriormente su esposo, usaron el procedimiento verticalita como forma de poder. Cercando los poderes legislativo y judicial, sojuzgando las instituciones autárquicas como los medios de comunicación, y sometiendo a las provincias a que acepten su voluntad, la vía para ello es el federalismo fiscal que infiere un trato igualitario a todas las provincias que habitan el suelo argentino, pero esto en la realidad no es así. El régimen de coparticipación está sometido a la voluntad de la presidente y al acatamiento de los gobernadores, un ejemplo de esto, es la provincia de Mendoza que no recibió 40 millones de pesos para equipamiento de seguridad porque su gobernador no aceptó cambiar su ministro de seguridad. Por otro lado, la mayoría indiscutible en el senado y el congreso le permite a la presidente ejercer su voluntad sin consulta alguna, además la justicia, gracias al Consejo Asesor de la Magistratura-que tiene en su aposento mayoría oficialista - debe ser condescendiente con ella, porque gracias a este instrumento puede removerse jueces a placer, como le sucedió al juez Tiscornia que había decidido llevar a cabo un juicio contrario a los intereses del anterior mandatario.

En Tucumán la realidad no es muy distinta, la concentración del poder político radica en un solo hombre, José Alperovich, que desde su llegada al poder sumó para sí la totalidad del bien público. En la legislatura cuenta con 44 de los 49 camaristas, hombres y mujeres sumidos a la voluntad del ejecutivo, cuando se supone que es un poder independiente. También, el consejo deliberante responde al gobernador, y la mayoría de las normas acaecen desde el alto mando. Las intendencias y las delegaciones comunales son abarcadas por la coparticipación municipal, analogía de lo que pasa a nivel nacional. Por otro lado, el poder judicial ya cuenta con un hombre elegido por el gobernador, Antonio Estofán, y un amigo de juventud política del gobernador, René Goane. Además, Los medios de comunicación escasean de libertad y son resumidos a su mínima expresión, no es deber del comunicador ser oposición, sino de control, pero la existencia del medio se ve condicionada a la publicidad estatal. En contraposición, la oposición diezmada en cantidad, no sabe mostrarse como alternativa, disuelta y sin iniciativas claras, algunos reprochan sin ofrecer al ciudadano posibilidades de soluciones, otros se cierran en sus ideologías de antaño y no dicen nada, otros son leales a sus convicciones y no ceden al gobernador, pero fracasan en sus propuestas. Además, la confianza en la oposición se vio desgajada por sucesos como el traspaso al oficialismo del intendente de Simoca y el legislador Palina, y a nivel nacional de Roberto Lavagna. Aquel adagio Maquiavelico: “divide y reinaras”, es aun hoy útil a los intereses pragmáticos de los gobernantes actuales.
El “vamos por todo” impuesto por Beatriz Alperovich es una muestra en palabras de la forma de ejercer el poder en Tucumán. Y aquel que no se adecua al modelo de gobierno pone “palos en la rueda”. Como lo demuestran las encuestas del principal asesor del gobernador –Hugo Haime- el común de los ciudadanos ve con agrado la autoridad y la fuerza a la hora de actuar, manifestarse en público o mediaticamente.

La democracia como participación ciudadana, el estado como suma de individuos habitantes de un país, la republica como división de podes, los parlamentarios como representantes, la ley analogada a la justicia, en fin…la política como bien común, es hoy, apariencia que se encumbra detrás del velo de la realidad enmascarada.

1 comentario:

P dijo...

El discípulo estaba ocupado mezclando diferentes tipos de yerbas.

-¿Para qué mezclás la yerba? -preguntó el maestro.

-Porque no quiero acostumbrarme al gusto de ninguna -respondió el discípulo.

-¿Y cómo vas a hacer para no acostumbrarte al gusto de la mezcla?

El discípulo se iluminó.